Rosa y Juan son una pareja encantadora que han confiado en mi para que inmortalice los recuerdos de su boda. Antes del señalado día, decidimos hacer una sesión para conocernos y que se acostumbraran a la cámara, lo que los fotógrafos llamamos preboda. El problema es que se iban de vacaciones y se nos había echado el tiempo encima, así que tenía que ser el día 2 de agosto sí o sí. Os podréis imaginar que no hacía fresquito precisamente. Creo que llegué a ver en el reloj del coche los 45 grados. A pesar de todo lo pasamos genial y se portaron como unos campeones. Fue una tarde muy divertida.